El tío Yim es nuestro padrino de Comunalidad y otros saberes de los pueblos originarios. En algunos años Jaime ha logrado realizar una sinergia con La Coperacha sobre cómo conocer y difundir los hechos desde una óptica distinta.
Rector de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca
Investigador de Fundación Comunalidad A. C.
El reto de los compañeros de La Coperacha ha sido dar a conocer la experiencia de los habitantes de cada región, en su diversidad de lenguajes y manifestaciones, reconociendo y navegando en el lenguaje de las distintas movilizaciones sociales que conforman el escenario nacional.
Este lenguaje, al ser generado desde diversos contextos, impone la lógica de interpretación: saber extender el raciocinio emocional de cada proceso social, tanto en su mirada interna, cómo se conciben; hasta la mirada externa, cómo interpretan las fuerzas que les son útiles en su proceso y cuáles le son adversas.
Desde Oaxaca, Comunalidad ha sido el concepto que nos permite entender la fuerza y la sustentación de la motivación colaborativa que se da, prácticamente en todos los rincones del estado. Es un concepto que explica los espacios, los elementos, que definen el comportamiento comunitario y que ha sido el baluarte consciente e inconsciente de la resistencia, a los deberes que en el exterior son diseñados para el sometimiento, control, e integración de la población originaria. Es filosofía, epistemología, o más bien, fuente, abrevadero o manantial del conocimiento propio realizado comunalmente.
Las comunidades tienen un suelo o territorio comunal, cuentan con una organización comunal que realiza la decisión comunitaria, movilizan su energía dedicada al común que llaman tequio comunal, y eso los lleva a la celebración de todo esfuerzo que comunalmente se realiza.
Desde ésta perspectiva, un Pueblo Originario es resultado del suelo que pisa, de con quién pisa ese suelo, de lo que hace con los que habitan ese suelo y de lo que logran con su hacer, lo que cierra un ciclo constante en donde el mundo es los seres que habitan en él y en su movimiento construyen su presente realidad; como lo ha mostrado la resistencia de más de 8,000 comunidades de Oaxaca.
Esta experiencia, con la labor de La Coperacha, se ha extendido a otros contextos, como una propuesta lógica de hacer la vida, reproduciendo principios básicos como los son el Respeto, el Trabajo y la Reciprocidad.
La seria explicación de lo que pasa, en el lenguaje de los protagonistas, no sólo es acompañar procesos internos en su mismo lenguaje, sino enriquecer la interpretación general, que pueda alumbrar de nuevos caminos, tanto a la labor periodística, como al conocimiento del razonar emotivo de la población.
Comunalidad desde la labor de La Coperacha, es el Respeto profundo al ser racional emotivo que caracteriza a Zapotecos, Ayuuks, Ikoots, Chatinos, Mixtecos, etc. Existencia que demuestra que se reproduce cotidianamente en el trabajo, en la acción común para resolver problemas y necesidades.
No existe periodismo más comprometido que aquel que habla el lenguaje de la gente que trabaja, que expone y respeta sus códigos de comunicación interna y externa.
Respetar y trabajar nos permite emocionarnos racionalmente de lo que se decide en una asamblea, pues es un camino que siembra Reciprocidad en la actitud cotidiana y básica.
Respetar no sólo es observar lo que sucede, es saber que cada persona es el resultado de todo y de todos. Es decir, comprender que la individualidad es una construcción mental, que en cada realidad demuestra su inexistencia, y se hace presente desde una mirada externa y ajena que dibuja la realidad a su antojo. Actitud que deviene de la Racionalidad Occidental que se materializa en el Poder, la Propiedad y el Mercado. Racionalidad que mira cualquier contexto, como objeto a poseer, a manejar, a manipular, en síntesis, a Colonizar. No interpretar la realidad en cada poro de nuestra sociedad, a través de conceptos emanados del poder, permite la construcción de una nueva realidad, en el cual los protagonistas liberan su energía y capacidad nombrando directamente el mundo que los y todos, construyen. Cooperando, Comunalizando se genera la suficiencia. Se resuelve de manera directa toda necesidad. Ha llegado el Tiempo de ejercitar una Comunomía, en la que participemos todos, porque el caminar es un ejercicio de todo ser vivo, y este caminar ha de ser generador de su propio lenguaje.
La constancia en la labor comprometida, ha sido el signo de La Coperacha, y hace Comunalidad al definir su labor, desde el campo concreto y en el lenguaje de cada proceso.